lunes, 14 de septiembre de 2009

De paseo por Monte Albán

En nuestro segundo día de viaje, recorrimos los alrededores de la capital en una visita guiada comenzando en Monte Albán. Amaneció con una llovizna muy fina, que no desanimó la expectación por visitar el mayor asentamiento de la cultura zapoteca. Un día antes ya habíamos visto en el museo de Santo Domingo parte de lo que se ha rescatado de esta bella ciudad prehispánica y nos dimos una idea de lo que nos esperaba.
Después de una media hora de un camino espantoso por lo angosto y curvoso de la carretera llegamos.
Entre la niebla y la pequeña llovizna fuimos descubriendo un hermoso espacio: enorme, magnífico, sorprendente, que te obliga a hacerte mil preguntas... La única conclusión es admiración por la inteligencia humana y por el respeto a la naturaleza. Poco a poco la lluvia cedió lugar a un tímido sol que nos dejó ver con claridad y frescura los templos, las explanadas y los restos gloriosos de un tiempo sin límite de un México que nos hace sentir orgullosos...

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