
El primer día caminamos todo el centro. El Zócalo, una vueltita rápida por los mercados, la Catedral, los jardines. Y el plato fuerte del día: El Ex-Convento de Santo Domingo de Guzmán. Qué lugar tan extraordinario, reconstruido para mostrar las maravillas de Oaxaca, convertido en museo y jardín etnobotánico.
Ese mismo día visitamos el Jardín Sócrates donde tomamos unas ricas nieves y descansamos un poquitín nuestros pies cansados y nuestras almas satisfechas por tanta paz y belleza. Poco a poco les diré de los demás días, y para quienes amamos las labores habrá una pequeña muestra del enorme talento de los artesanos oaxaqueños.
2 comentarios:
Mira, visitaste mi tierra, igual y nos topamos por ahí y nosotras ni nos enteramos, que bien que te gustó, a pesar de los pesares, seguimos en contacto, hasta pronto.
Hola,
Que bien que hayas visitado un lugar tan bonito... a mi lo que más me gusto fueron las enchiladas de mole!!! son deliciosas!!
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